Francisco Gavidia
Y tú soñando, con audacia loca,
Intentabas salvar de roca en roca,
La sombría altitud de esa montaña…
Honda caverna de espantable boca;
Mucha la asperidad, la fuerza poca…
¡y subir apoyado en una caña!
Sientes sangrar tus pies, sientes vacío
Tu cielo azul, y tu color, profundo;
Flaca tu fe; tu espíritu, iracundo…;
Ya es tiempo de gritar ¡Valor, Dios mío!
No hay comentarios:
Publicar un comentario