En las dormidas aguas del estanque,
góndola de azabache, un cisne negro,
a la luz moribunda de la tarde
bogando va con sus callados remos.
... ...
Cuentan que un día, como flor del aire,
cayó una garza en el estanque terso,
que repelióla el cisne, y que, al instante,
de un picotazo lo dejó ella ciego.
... ...
Voló, huyendo veloz, la nívea garza
y, aunque sin ver, el cisne victorioso,
sintióse único rey de sus dominios;
... ...
y así, desde que nace la mañana
hasta que muere el sol, lo cruza solo,
negro como el dolor y pensativo.
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